
Desde que voy a la escuela todo ha cambiado.
Madre me mira y sonríe,y eso me pone contenta.
Antes íbamos juntas a coger café o algodón,pero ya no...
Ahora voy a aprender con la maestra.
Ayudo en casa lo que puedo,por eso lavo los cacharros.
Madre dice que tiene la espalda torcida,como el árbol que dobló el viento, de trabajar tanto y que es feliz de saber que cuando tenga treinta años como ella yo tendré la mía bien sana y recta.
Relato presentado al concurso de microrrelatos "La hora del recreo"...
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