
...Volvía a casa sentada en el asiento de siempre del autobús...
Aquel que iba en sentido contario de la marcha y que no solía preferir nadie...
Caía la tarde y el cielo era un prodigio de azules y naranjas intensos...
pero ella aún no lo había mirado...
Alzó la vista y se fijó en una nube que se recortaba en el cielo como si estuviera pintada en un cuadro...
Era tan perfecta y hermosa que parecía formar parte de un decorado...
Entonces tuvo miedo de que aquello que tanto había deseado no fuera verdad...
sino tan solo algo que estaba soñando...
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