...Un día empecé a caminar sin saber muy bien a donde iba...
Mis ojos...Casi ciegos...No me permitían ver horizontes...
La vista más lejana que podía tener era la de mis propios pies...
Pero aprendí a ver en ellos la esperanza de un amanecer nuevo...
Que si no me rindo...Pasito a pasito...Puedo llegar muy lejos...
Decidí que en vez de buscar senderos lisos escalaría grandes rocas...
Que subiría a las más altas para poner los cimientos de mi alma...
Para vivir desafiando a los vientos fuertes y las despiadadas olas...
Que guardaría en ella toda la luz que fuera capaz de encontrar...
Que no pararía hasta convertirme en faro de mi propia oscuridad...
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Querida Lola, me gusta mucho como has descrito de sencillo en concepto que deberíamos de tener todos durante la andadura por la vida, en la que poco a poco sin prisas, pero sin pausa uno se va llenando de todo lo que le rodea y que hace que al final sea un gran faro de luz que ilumina el camino a muchos otros que nos van siguiendo y esta tan perdidos como nosotros lo estuvimos en su momento. Que tengas una bella semana guapa.Un beso muy grande.
ResponderEliminar¿Por que me gusta tanto pasar a leerte? Porque escribes muy bonito, dices cosas que me hacen soñar- Saltos y brincos que ya diviso el faro
ResponderEliminarCon palabras cargadas de dulzura comprendo que es asi como va nuestro caminar en la ruta de la vida, combinando los sueños con la realidad.
ResponderEliminarUn abrazo Lola querida.