...Abrió los ojos y de nuevo volvió a cerrarlos...La habitación estaba tan oscura que pensó que quizá aún no se había despertado...
Pasados unos segundos su vista se acostumbró y todo se hizo un poco más claro...Entonces pudo distinguir un diminuto punto de luz...Allá...Al fondo del pasillo que atravesaba como un estrecho camino la casa...
Se levantó y empezó a quitarse el pijama...La ropa quedó derramada a sus pies formando un charco seco que pisó al iniciar la marcha...Caminó despacio...Arrastrando la punta de los dedos por la pared...Como si quisiera comprobar si aquel sitio aún palpitaba...La frialdad del suelo hizo que tuviera la certeza de que estaba despierta...Que no soñaba...
Descorrió las tupidas cortinas...Abrió de par en par las hojas del balcón...Y salió afuera con los brazos abiertos...Desnuda y al fin liberada...Poco importaba si alguien pensaba que estaba loca...Había decidido que era el momento de llenarse de luz...De dejar atrás las sombras que la atrapaban...
.
Una buena decisión, llenarse de libertad, buscar el infinito. Un texto brillante como la luz que hizo la llamada.
ResponderEliminarSigo sin que se me actualicen tus entradas, pero como lo sé de vez en cuando me paso para ver si hay novedades. Tengo que arreglarlo. Besitos
Qué lindo cuando una consigue sentir eso, sea del modo que sea. Liberarse, me encanta esa palabra. De muchas cosas deberíamos aprender a liberarnos, entre ellas de la culpa (por decirte una de las más perjudiciales en mi opinión).
ResponderEliminar¿Y si piensan que una está loca? ¡Que lo piensen!
Beso Lola
Ojalá lo consiguiera.
ResponderEliminarBesos.