...Le miré un momento y me senté a su lado...
Era un hombre de pocas palabras pero me gustaba compartir silencios con él...
Tenía la fascinante capacidad de parar el tiempo...Algo maravilloso le brotaba de dentro...
Me agarré a su brazo y apoyé mi cabeza en su hombro...Entonces me miró un
instante y me acarició el pelo como solía hacer...
-Abuelo...le dije...por qué aprendiste a hablar en ruso si nunca estuviste en Rusia...?-
-Para leer el libro más bonito del mundo-...me respondió él...
Un libro que dejó olvidado una joven a la que amé con toda mi alma durante media hora en un café de Madrid...
Apenas cruzamos una mirada...pero amé su delicadeza al coger la taza...la sedosidad de su pelo...sus blancas y finas manos...la dulzura con que sujetaba el libro y pasaba las hojas...-
-Lo tienes aún abuelo...?...le pregunté...¿Recuerdas el título...?-
-Nunca lo supe...me respondió...No tenia tapas y le faltaban algunas hojas del principio...pero sabía que merecería la pena leerlo...aunque tuviera que aprender ruso...Solo podía ser inménsamente bello algo que perteneciera a aquella hermosa mujer...-
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