
...Al almendro de mi calle le acaba de nacer un llanto de flores nuevo...
Cada día cuando paso me mira echándome los brazos contento...
con su cuerpo de viejo vestido con traje de bebé con botoncitos blancos...
Le miro y le sonrío y me paro a verle allí plantado en el patio viejo...
Y me cuenta historias de niños que se quedaron enganchadas en sus ramas...
de risas que treparon haciéndole cosquillas como hormigas por su tronco...
de sueños que buscaron horizontes como sus raices buscan agua bajo el suelo...
Vive allí contento al lado del magnolio y del laurel que es aún pequeño...
vigilados por un coche roto que ya ni recuerda cuando le aparcó su dueño...
Nunca tuvo miedo...Aguantó valiente heladas...nieves y los calores más secos...
Y allí sigue feliz...chorreando esperanzas nuevas en una esquina del patio viejo...
regalando el perfume de sus flores blancas a todo el que le mira...al aire y al cielo...
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