Para guardarlo después en ese cajón que siempre es del tamaño de lo que queremos meter dentro...Llamado memoria...
Tenía la necesidad insaciable de coleccionar pequeños trozos de existencia...De atrapar sensaciones...De atesorar emociones robadas al alma...
Cuando tenía a alguien enfrente jugaba a inventar su vida...
Para después escucharle hablar horas y horas...Y así saber si aquello que había imaginado para él era también su historia...
De vez en cuando acertaba y entonces tenía que bajar la mirada...Como quien teme que los ojos le delaten y se descubra que ha profanado algo sagrado...Algo valioso que no le pertenece...
Quizá pueda parecer extraño...Pero era como si deseara tener en su poder todo lo necesario para escribir después miles de vidas...Miles de historias...
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Qué lindo!
ResponderEliminarSabés que yo también hago mucho lo de mirar a alguien e inventarme su vida? En el metro por ejemplo, o a veces en la calle, no sé, es un juego que suelo jugar...
Me gusta lo de que la memoria es un cajón.
Un beso Lola
"Coleccionar trozos de existencia", me gusta como espresas lo que en ocaciones se nos ocurre hacer.
ResponderEliminarHermoso Lola, te quiero mucho.