Cincela el eco que revela el latido...
Pronuncia las letras que el corazón reclama a la boca...
Permite que el sentimiento se meza en el sonido...
Abre los brazos...
Nutre...
Acrecienta con calor la esperanza...
Guarda en ellos el amor que sin condiciones se entrega...
Protege la pureza que no admite mancha...
Cierra los ojos...
Déjate iluminar por la luz que nace del alma...
Olvida...
Vuelve a confiar sin temor a la herida...
Entrégate a la belleza que te regala la vida...
Perdónate...
Perdona...
Siente...
Ama...
Abre los brazos...
Nutre...
Acrecienta con calor la esperanza...
Guarda en ellos el amor que sin condiciones se entrega...
Protege la pureza que no admite mancha...
Cierra los ojos...
Déjate iluminar por la luz que nace del alma...
Olvida...
Vuelve a confiar sin temor a la herida...
Entrégate a la belleza que te regala la vida...
Perdónate...
Perdona...
Siente...
Ama...
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Una poesía preciosa y con un broche de oro para no olvidarla. Saltibrincos
ResponderEliminarProfundo y hermoso poema. Saludos. Un placer leerte.
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