...Podía pasar horas y horas mirando a través de la ventana...
Algo que se convertía en hipnótico cuando se mojaba el cristal...
La lluvia en sí ya fue siempre un fenómeno mágico para ella...
A veces la echaba en falta...
Y la pedía en silencio que viniera a hablarla...
Entonces llegaba mansamente...
Y escribía en el vidrio palabras de agua...
Y escribía en el vidrio palabras de agua...
Mensajes que solo ella podía leer...
Pequeños versos que alimentaban su alma...
Pensaba que algún día quizá volvería a su lado lo que había perdido...
Todo lo que hace tiempo se fue para siempre...
Y tanto necesitaba...
Y tanto necesitaba...
En ese momento las gotas se convertían en risa de niños...
En canciones...
En canciones...
En sensaciones nuevas que cobraban vida...
Y dejaban al fin de ser soñadas...
Y dejaban al fin de ser soñadas...
La lluvia...
Las gotas...
El agua...
Los recuerdos...
Los sueños...
La magia...
Todos ellos cogidos de la mano...
Caminando despacio por la ventana...
Trazando caminos nacidos para perderse...
Trazando caminos nacidos para perderse...
Pintando estelas que nunca se acaban...
Abría bien las manos y ponía encima sus palmas...
Deseando ser lluvia...
Pidiendo ser cristal...
Para sentir la caricia dulce y fecunda del agua...
Para sentir la caricia dulce y fecunda del agua...
.
La lluvia es siempre un regalo que llega envuelto en misterio, tras los cristales jugamos con el vaho, escribimos lo prohibido con tinta invisible. Abrazos
ResponderEliminarQ bonito Lola, cada vez q te leo tus palabras me trasladan el pensamiento, por favor no pares de escribir gracias.
ResponderEliminarGracias por escribir también
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