...De vez en cuando cierro los ojos...
Para volver a pintarlo en mi mente de nuevo...
Suave...Dulce...Lento...
Como la caricia de la hoja que cae...
En inevitable viaje sin retorno...
Desde la rama ya casi adormecida...
Hasta la paz húmeda y fértil del suelo...
Al fin entregado...Libre...Eterno...
Sin añorar ni soñar con llegar más allá...
Que adonde le lleven la lluvia y el viento...
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Hay instante en que necesitamos esa lentitud, para rememorar con suavidad todo aquello que nos ha llenado el alma de manera lenta pero armoniosa.
ResponderEliminarBesos
Estamos hechos de momentos y de instantes intensos y triviales pero en alguna parte de nuestro ser, reflexionamos desde el todo a la nada.
ResponderEliminarBesos.