...Sólo merece la pena caminar juntos...
Entremezclando los pasos...
Si es para llevar lejos la angustia...
Los dolores...
El desánimo...
Si es para ir hacia adelante como locos...
Ansiosos de vida y sueños compartidos...
Sedientos de encontrar horizontes nuevos...
Algunos cercanos...
Y muchos de los mucho más lejanos...
Sólo merece la pena ir cogidos de la mano...
Entrelazando los dedos...
Si es para borrar más pronto los equívocos...
Los remordimientos...
Los errores del pasado...
Si es para escribir la más bonita de las historias...
Para tatuarnos sin descanso la palabra amor...
Hasta que no quede libre un centímetro en el cuerpo...
Un pliegue sin conocer el estremecimiento de ser tocado....
Sólo merece la pena volar juntos...
Acompasando las alas...
Si es para subir más deprisa...
Si es para subir más deprisa...
Más arriba...
Más alto...
Si es para ayudarnos a perder el vértigo al vacío...
A la nada que a veces nos asusta desde dentro...
A olvidarnos del miedo a caer...
Sin saber si alguien nos alzará otra vez al cielo...
Sin saber si alguien nos alzará otra vez al cielo...
Si nos vemos incapaces de levantarnos...
Sólo merece la pena pensar juntos...
Si es para equivocar las matemáticas que nos enseñaron...
Sólo merece la pena pensar juntos...
Si es para equivocar las matemáticas que nos enseñaron...
Para acordarnos de restar sólo lo inútil...
Lo estéril...
Lo malo...
Si es para sumar dos soledades...
Y que de una compañía como resultado...
Para dividir un desasosiego entre dos...
Y que encontremos un cero en el cociente...
Cuando hayamos terminado...
Sólo entonces merece la pena...
Si no mejor caminar solo...
Si no mejor caminar solo...
Escribir solo...
Volar solo...
Sumar solo...
Sin escuchar otro latido al lado...
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Compartir tanto lo bello como no tanto con la persona amada es el verdadero camino, sino, no merece la pena.
ResponderEliminarUn abrazo Lola.
Por todo eso y mucho más, merece la pena.
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