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...Desde que mi niña nació hago cestas pequeñas...
Tengo mucha práctica y pagan mejor por las grandes...
Pero prefiero trabajar así...Con ella sobre las piernas...
Con solo moverlas un poco puedo acunarla para que se duerma...
Es tan linda...No me canso de mirar su carita tierna...
A veces cuando sonríe me pregunto...Qué será lo que sueña...
Porque yo si sé lo que sueño para ella...Que sea sana y feliz...
Que haga grandes cosas...O como yo...Solo cestas pequeñas...
Pero que luche por sus sueños...Y esté siempre contenta...
Que sepa querer mucho...Que mucha gente la quiera...
Y que si un día le nace una niña...
La ponga en sus piernas para mecerla...
La ponga en sus piernas para mecerla...
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Que ternura, esto se ve a diario en mi país madres trabajando con sus hijos, yo no soy la excepción. Gracias Lola siempre tienes ideas muy profundas.
ResponderEliminarEs un texto muy emotivo que a mí me llega por diferentes circunstancias del aquí y del ahora...
ResponderEliminarHaciendo cestas pequeñas hay una madre con un corazón inmenso... las cestas tienen su precio pero el amor que le da su hijita no tiene precio pero sí un inmenso valor...
Besos con emotivas lágrimas.
Lola, has escrito una entrada muy emotiva y tierna, y es que el cariño de una madre por sus hijos no tiene precio, es un amor incondicional, lo da todo sin esperar nada a cambio más que sus hijos sean felices.
ResponderEliminarMuy bello tu texto.
Un beso.